Muchos inmobiliarios siguen cayendo en el error de "pedir lo que el cliente quiere" o "ver qué pasa y después bajamos". Pero tasar no es tirar un número y cruzar los dedos. Es un arte que mezcla datos, percepción y liderazgo comercial.
Y cuando lo dominás, los resultados cambian. Vendes más rápido, con menos negociaciones tensas y, sobre todo, con clientes que te recomiendan.
📍 ¿Qué tiene que tener una tasación profesional?
Análisis de mercado real: No solo comparar m². Mirá tiempo promedio de venta, propiedades retiradas, oferta activa, operaciones concretadas.
Lectura emocional del cliente: Muchos propietarios no quieren vender solo una casa… están soltando una etapa de su vida. Tenés que acompañar eso.
Educación con empatía: Mostrar con claridad por qué ese valor es justo. Usá comparables, pero también ejemplos concretos, imágenes, casos reales.
Certeza + confianza: Si vos dudás del valor que recomendás, el cliente lo va a notar.
🛠️ Herramienta + actitud = diferencia
Podés usar CRM con comparables, mapas de calor, informes automáticos. Pero si no tenés una actitud clara, segura y pedagógica, la tasación pierde fuerza.
El diferencial no es solo lo que sabés, sino cómo lo comunicás.
🚀 ¿Qué ganás cuando tasás bien?
Clientes que valoran tu trabajo.
Mayor tasa de captación exclusiva.
Menos propiedades “colgadas”.
Mejores cierres y recomendaciones genuinas.
💬 Tasás bien = vendés mejor. Y sobre todo, construís una marca profesional sólida.
No vendas metros, vendé conocimiento, confianza y resultados.
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